Diagnóstico - Servicio Costero

DIAGNÓSTICO

DIAGNÓSTICO DE LA EROSIÓN COSTERA

Los agentes hidrodinámicos involucrados en los procesos de erosión costera son vientos, tormentas, olas, mareas, corrientes litorales y el aumento del nivel del mar. Los vientos, además de generar el oleaje superficial, transportan cientos de toneladas de material no cohesivo (limos y arenas principalmente) a lo largo de la zona costera, pero también tierra adentro, para formar dunas o depósitos eólicos menores, o hacia el mar, en donde se acumula y forma los fondos arenosos de la plataforma.

Las tormentas asociadas a los periodos invernales, o la temporada de huracanes del Caribe, pueden producir un oleaje más alto que erosiona las playas dejando como evidencia escarpes de erosión entre 10 y 50 cm en promedio; en muchas ocasiones, las playas logran recuperarse y volver a la morfología anterior a la tormenta. En el caso de los acantilados, este oleaje y la escorrentía asociada pueden producir procesos de erosión irreversibles por cuanto provocan desprendimiento de bloques y, en consecuencia, retroceso del escarpe.

La corriente litoral, por su parte, tiene en la costa Caribe colombiana una componente principal hacia el suroeste que predomina durante la época de los alisios del NE. Sin embargo, la velocidad de la misma depende mucho de la orientación de la línea de costa así como de la presencia de bahías (INVEMAR, 2003a).

Las costas al oeste del río Magdalena, como en Atlántico y Bolívar, muestran a nivel local procesos de sedimentación favorecidos por la corriente de deriva litoral que moviliza sedimentos de este curso de agua; en ocasiones, dicha acumulación se debe a la configuración misma de las estructuras costeras (Martínez, 2001). El litoral de Córdoba recibe sedimentos del río Sinú, gracias a la deriva litoral; sin embargo, su eficiencia es poca debido a la escasa disponibilidad de sedimentos tamaño arena y a la débil corriente litoral producida por la orientación de la línea de costa con respecto a los trenes de olas.

El aumento del nivel del mar, como una de las consecuencias del cambio climático, que incrementa las secuelas de los agentes descritos, es un actor que de manera lenta y progresiva ha ido cambiando la configuración de los litorales a nivel mundial, afectando principalmente las costas bajas y los ecosistemas asociados a ellas como es el caso de las playas, los pantanos de manglar y los sistemas lagunares.

La evolución del litoral costero está dada por la interacción de las formaciones rocosas o sedimentarias que lo conforman, las estructuras que lo afectan y los agentes hidrodinámicos descritos. Adicionalmente, los factores antrópicos han contribuido grandemente a la transformación y destrucción de los hábitat y a la contaminación y explotación de los recursos naturales, prácticas todas ellas enmarcadas en un concepto de desarrollo de la infraestructura urbana, económica y de servicios de las poblaciones allí asentadas. Procesos internos de la tierra, como movimientos tectónicos, o inducidos parcialmente por el ser humano, como el cambio climático y el aumento del nivel del mar, agravan estos problemas.

Parte de la evolución o tendencia del litoral se refleja como erosión, retroceso de la línea de costa, destrucción de cientos de kilómetros de playa o pérdida de terrenos que albergan ecosistemas costeros o que son aptos para las actividades humanas.